MALA ATENCIÓN
DEL SERVICIO DE SALUD EN EL HOSPITAL FRANCISCO LUIS VALDERRAMA DEL MUNICIPIO DE
TURBO ANTIOQUIA.
Visión general
del caso
La deplorable atención en el servicio de la
salud, no es un tema extraño para los colombianos, de hecho, por los medios
masivos de comunicación, son material importante y constante en sus espacios
informativos, como si de un hecho necesario y casi normal se tratara. El
municipio de Turbo está conformado por más de 163000 habitantes tanto en su
área urbana como rural Y cuenta con una clínica privada y con tan solo con un hospital público el cual no
abastece la necesidad de los pacientes, si no que ademas no cuenta con el nivel
necesario para atender de manera general y de carácter de especialistas los múltiples casos del municipio de una
manera apropiada e integral.
No es
difícil entender, que el problema de la salud, aunque es un problema de moral
por parte de nuestros gobernantes al ignorar el agigantado problema, la verdad
es que por su impacto y afectación, es un problema social y generalizado que no
considera condición social ni económica. Y aunque no estamos directamente
interesados en hablar de corrupción, no es para nada extraño, como en medio de
las intervenciones, encuentran tan desmedidamente los hallazgos de malos
manejos económicos, contratos con sobrecostos, y la desaparición de recursos
sin razón alguna. Pero sin indagar todavía en cuestiones morales sigamos el
curso de análisis de esta problemática moral.
Razones que sustentan declarar la
salud como un servicio deplorable e ineficiente en el hospital del municipio de
Turbo Antioquia
· * Difícil
y limitado acceso a citas generales
· * Sistema
deficiente de información
· * Falta
de medicamentos, solo cuentan con los básicos
· * Escasa
y casi nula posibilidad de citas con especialistas
· * Tardanza
para remitir pacientes a otros centros
· * Demorada
atención en sala de urgencias
·
Limitante
servicio en sala urgencias
Razones de peso causantes de la problemática
Para
reconocer el problema ético inmerso de la situación debemos saber las razones
que la originan, ante lo cual pretendo ser breve y conciso. Aunque la
afectación que presento, la hago desde lo local de mi comunidad, su origen y
razón de peso cobra sentido desde el gobierno estatal, en Colombia la
salud se ha convertido en un mercado
basado en una libre elección del servicio, una especie de demanda por el tipo
de enfermedad, dando una visión inequitativa de este derecho; y es donde se pone la balanza equidad o
eficiencia, pero entiéndase bien, la inequidad se da al relacionar la
posibilidad de tener una mejor o mediana calidad de salud, si y solo si, se
tiene los recursos suficientes para enfrentar los costosos procedimientos médicos.
Ahí está precisamente la afectación a mi comunidad, la cual en su mayoría es de
escasos recurso para acceder al servicio que pueda asegurar un buen servicio de
atención en salud.
En
conclusión la salud paso de ser un
servicio común como derecho constitucional, a un bien servicio de mercadeo de
considerable costo, solo para quienes económicamente puedan adquirirlo. De derecho a negocio. Hasta este punto
es muy fácil comenzar a desplegar los posibles agujeros éticos de la salud y sus implicados.
CONTRASTE DE LA PROBLEMÁTICA CON LA ÉTICA MORAL.
La
realidad del asunto inicia por intereses inescrupulosos, de quienes con moral
muy cuestionada, teniendo la responsabilidad de primera mano cómo nuestros dirigentes
y gobernantes, no hacen nada para cambiarlo. Y por parte de la población común,
estamos los que escogimos tales gobernantes, ya sea incurriendo en sus
intenciones o ignorantes de sus propósitos y por tanto engañados por las falsas promesas de un
posible cambio. En relación de sus causantes, la situación presentada aquí es
una situación de responsabilidad social.
Como
dijo François Vallaeys “La responsabilidad social hasta el momento no ha
transformado nada”
El deterioro de la moral de algunos, limita hasta el punto de considerar
La salud y por tanto la vida del ser humano, como un juego, al comerciar con la
posibilidad de adquirir un bienestar físico y moral, impulsado por sus
ambiciosos y convenientes intereses, a costa de la vida de sus mismos electores.
Nuestra estructura moral es perfectamente buena o mala de acuerdo a nuestras
decisiones para direccionar nuestras acciones en el rumbo que queramos.
Adela cortina dijo: “Tenemos una
estructura de Libertad justificación
responsabilidad: Moral Como Estructura”
Y es quizás es una de las bases
para comprender que tenemos la potestad de tomar las decisiones que queramos
con razones justas o injustas de haberlo hecho y con la obligación incluida de
tener responsabilidad ante las consecuencias. Directa o indirectamente somos
responsable de que no contemos con un servicio de salud estable y eficiente, al
darle mal uso por desinterés o por el
contrario por el interés en cosas que desvían de la ruta apropiada para una
mejor calidad de vida. Des de ahí en el mecanismo de participación nos estamos
equivocando al escoger personas incompetentes y moralmente fragmentados por la
codicia y la intención de protagonismo y crecimiento propio, dejando de un lado
la construcción del tejido social, propiciado por los valores que como humanos
nos identifican como un ser moral desde el nacimiento.
Estamos acompañados de un conjunto de escritos, muy bien apreciado desde
la lectura pero ausente en la aplicación de las misma, de leyes, acuerdos y
principios que en conjunto pueden representar una ética normativa, que al pensar en ella motiva a la confianza de
idealizar vivir, con la protección de lo justo para asegurar una calidad de
vida, pero ni metaetica como revisora de las normas
éticas existentes, ni la ética
aplicada quien brinda
propone y establece unas normas y principios previamente bien establecidos
aplicables en el comportamiento humano, parece tener efecto ante tan
preocupante situación del servicio de la salud, que sin ser extremista, pero más
bien realistas, ya ha tenido consecuencias mortales, y eso sin mencionar, la
cantidad de molestias al soportar largas esperas para poder ser atendido como
corresponde.
Como
dijo François Vallaeys “La responsabilidad social es un camino vanido pero que debe ser articulado con políticas públicas al fin de consolidar
el cambio”
Pareciera que el avance tecnológico y de la sociedad como tal, estuviera
paulatinamente deteniendo el bienestar de sus habitantes. Cuando aparentemente
hablamos de un progreso, camuflada mente emerge también los problemas bases de
mayor impacto para los hombres, como especie de daños desequilibrantes, se
quiere con intenciones hacer, lo que a la final muestran resultados
consecuentes desastrosos para el bienestar publico. Si bien nos respalda una leyes, coherentes y bien redactadas desde su escrito como
ley estatutaria 1751 de 2015, los
esfuerzos para hacerlas cumplir parecieran estar desorientadas de los
propósitos por las cuales existen y de la verdadera necesidad por las cuales
fueron creadas. Como si todo el trabajo aplicado para el cumplimiento de estas
normas publicas, perdieran sentido al momento de aplicarse.
Por eso François
Vallaeys decia “El
hombre sabe a menudo lo que hace, nunca sabe que hace lo que el hace”
La
verdad de la realidad del caso del deterioro y mala atención en la salud esta, en implicar una responsabilidad social, somos
responsables de los impactos o consecuencias que ha generado las malas decisiones
en la elecciones, por la corrupción de los dirigentes y en definitiva por la
falta de valores con constituyan un carácter moralmente definido y orientado
construir una sociedad justa y equitativas de los implicados, donde la
responsabilidad no es individual.
POSIBLE SOLUCIÓN
Creer
que con la creación de más leyes, estatutos o mayores sanciones, se pueda
solucionar el problema, sería tan absurdo como creer que no tenemos la
habilidad de libertad para escoger lo que más nos convenga.
La
solución al problema esta en la predisposición de pensar y actuar bajo la
concepción de principios morales estables y sostenibles desde lo individual
hasta lo grupal, es decir, un cambio de interno reflejado en las relaciones
interpersonales, corporativas, institucionales, y en cualquier nivel sin
excepciones. Como si fuera una inyección moral de principios o de ética
normativa. Este como un principio individual.
Cambio sistemático
Por
la magnitud del problema, la solución implica también cambios majestuosos y
radicales, desde el punto de vista gubernamental, quien como cabeza tiene la
autoridad de ejercer cambios y orden general. Incentivando el derecho a la vida
respetando el principio de lo que implica calidad de existencia, dentro de sus
necesidades básicas y elementales como la salud, la alimentación la educación y
la familia. Todo esto sería posible mediante la restauración y aplicación de
buen uso de recursos económicos que permitan un flujo sostenible para el pago
oportuno al sistema de la salud. Una gobernabilidad que tenga en claro que bajo
principios éticos, el desarrollo real de la sociedad no implica mayor
crecimiento en infraestructura, si no mayor fortalecimiento en las relaciones
calidez de vida de la sociedad como eje central de cambio.
La
inyección de ética a las instituciones gubernamentales o de cualquier tipo,
puede hacer la diferencia entre el fracaso o el éxito de sus metas.